Muchas gracias abuela
Muchas gracias por todo abuelita, por amarme siempre y por cuidarme en su momento. Te amo a pesar de no haber sabido estar estos años. Perdón, lo siento, gracias, te amo.
Murió mi abuela Elvira, la última de esa generación en mi linaje.
Es peculiar, pintoresco y hasta normal ya, pero no deja de sorprenderme, que ayer y hoy decidí prender velas desde temprano. Meses sin velas.
También me es interesante que hoy temprano, en algún momento me derrumbé muy cañón y sentí un dolor muy loco, muy profundo. Me acabo de separar (si, pff… otra vez) y estoy viviendo unas semanas algo duras pero ese momento fue muy desconcertante, me hinco literal; mi cuerpo terminó de rodillas llorando por unos segundos… entró una llamada, ¡fiu! salvado por la campana. Hasta que colgué me percate de cuan extraño había estado eso y de cuánta suerte me acompaña. Igual pensé que era tristeza de separación y que acababa de esquivar un túnel medio muy oscuro y raro que con suerte no se presentaría más.
Y hace un ratito me enteré.
Hace más de 14 años que nos vimos por última vez.
Se fue la última persona de mi linaje de esa generación. Ahora la siguiente generación son mi mamá y mi papá y después yo… y de repente, esa idea loca que apenas me alcanzó hace dos años de querer ser papá, se vuelve más que una simple prerrogativa genética y se transforma en algo como un tributo, como un legado hacia el pasado, hacia quienes vinieron antes de mi y me trajeron aquí. Y la humanidad necesita que tengamos hijos; pinta difícil la curva demográfica que estámos creando estas gereraciones recientes.
Muchas gracias a cada ser que ha formado parte de mi linaje.
Gracias, gracias, gracias.
Muchas gracias abuelita, descansa en paz y todo lo mejor para tu próxima aventura. Buen viento y buena mar en este viaje de regreso a la profundidad de la existencia… y después a la siguiente vuelta.
¿O que sumercé?